sábado, 3 de julio de 2021

EL VUELO DE SULLY, ENSEÑANZAS PARA DIRECTIVOS (I)

 

El vídeo en el que se centra esta serie de artículos pertenece a una escena de la película “Sully” (2016) en la que se narra la historia de un vuelo que duró 240 segundos y acabó con un amerizaje en el río Hudson. La historia de aquel US Airways 1549 está contada maravillosamente bien y verla no sólo entretiene, sino que además enseña.

Lo que se puede ver en este vídeo es la recreación de un suceso extraordinario, en el sentido literal, y afortunadamente también en el de poco frecuente. Por ello, las enseñanzas que se pueden sacar de él son de altísimo valor para su aplicación en muchos ámbitos.

Voy a dejarles con el vídeo, y a lo largo de una serie de artículos les iré destacando las cualidades que Sully va desplegando en este cortísimo vuelo, concretadas en determinados momentos temporales. Por ello, sugiero verlo primero y luego ir yendo a cada uno de los momentos concretos que les vaya apuntando. Aconsejo abrir el vídeo en una pestaña distinta una vez visto (pulsando el icono con una flecha que aparece al pasar el ratón sobre el vídeo durante la reproducción) para así poder ir saltando a los instantes clave. 


00:20- COMPROBACIÓN, RELEVANCIA DE LA INFORMACIÓN

Lo primero que hace Sully tras sufrir el impacto con la bandada de gansos es tratar de tener una idea clara de lo que ha pasado. En este punto son esenciales tanto la comprobación como la obtención de información y, sobre todo, la relevancia de cada elemento informativo.

Sully puede notar la pérdida de potencia del avión y el súbito silencio de unos motores repentinamente callados, pero aún así, sus ojos se dirigen a los indicadores que muestran el funcionamiento de los mismos. Es decir, acude a sus fuentes de información y coteja los datos que le ofrecen sus sensaciones con una comprobación que confirme sus sospechas. La obtención de información, su cruce y su validación son esenciales a la hora de analizar y gestionar un problema en un avión, pero también lo son en cualquier entorno, como es la dirección corporativa. Antes de reaccionar a una situación, hemos de saber exactamente a qué nos enfrentamos, acotarlo y aislarlo en nuestro esquema mental; y para ello utilizaremos toda la información de la que disponemos y comprobaremos que todos los indicadores a nuestro alcance señalan en la misma dirección.  

Aún más importante es discriminar qué información es relevante porque, ciertamente, es muy probable que vayamos a tener una gran cantidad de ella, pero no toda va a tener la misma importancia. Sully comprueba y confirma el fallo de sus motores, y también sabe que ese fallo impide, por ejemplo, la presurización del avión. Esto podría ser un grave problema en otras circunstancias, pero ahora no lo es. Sully no pierde tiempo confirmando que el sistema de presurización no funciona, no lo necesita, porque en su situación, no es relevante. Su problema está acotado a través de la obtención de información, la comprobación de la misma en fuentes distintas (sensaciones e indicaciones) y la discriminación de lo que es relevante de lo que no lo es. Por ello, puede hacerse una idea mental de lo que tiene delante y, ahora sí, empezar a actuar. El problema de Sully es que ha perdido los dos motores justo después del despegue, en un momento en el que sus escasas velocidad y altitud le roban tiempo para decidir y le limitan los lugares a los que puede ir para realizar un aterrizaje lo más seguro posible. Esa idea clara, precisa y completa se puede obtener en poco tiempo a través del mecanismo de comprobación- confirmación- discriminación en cualquier entorno, ya sea un avión de pasajeros o un despacho de dirección.

 

00:44- CONCIENCIA DE LA SITUACIÓN

Me adelanto un poco en el tiempo para recoger la última pieza del puzzle de la información, la que parte que la dota de vida en el supuesto concreto en el que se desarrollan los acontecimientos: el contexto. 

Sully levanta la vista y de una rápida mirada se da cuenta de un buen puñado de cosas. No tiene motores, no tiene altitud para llegar lejos planeando, no tiene velocidad para cambiarla por altitud ni un lugar convencional en el que posar su avión. Lo que ha hecho Sully es poner la información del punto anterior en su contexto, en el contexto que le ofrece la realidad, para de esa manera tener una foto fiel de dónde está y empezar a buscar opciones. Ahora, con información más contexto, puede decirse que Sully es consciente de la situación, tiene una correcta conciencia situacional.

Una definición poco complicada de la conciencia de la situación sería “la percepción de los elementos y eventos ambientales, la comprensión de su significado y la proyección de su estado y consecuencias.” Adquirir conciencia de la situación es absolutamente esencial para cualquiera que haya de tomar decisiones, en cualquier ámbito. 

Un directivo empresarial no puede dejar de lado el entorno concreto en el que se encuentra cada vez que surge un desafío. Cualquier camino empieza desde donde el lugar en el que se está, por ello, eso es lo último que podemos ignorar, nuestra realidad, en qué marco legislativo nos movemos, en qué situación de mercado nos encontramos, cuáles son nuestras reservas de efectivo, a qué pagos o amortizaciones habremos de hacer frente en el futuro inmediato, qué dotación de personal tenemos y si es suficiente para para llevar a cabo nuestro plan…hay muchísimas variables que nos insertan en un contexto, y hemos de ser siempre conscientes de ellas. Tenemos que tener conciencia de la situación si queremos que nuestras decisiones apunten a los problemas o retos que esa situación plantea.

00:33- FORMACIÓN

Poco después de darse cuenta de que ha perdido los dos motores, Sully hace dos cosas. Dos cosas que no están escritas como inmediatas en ningún libro o procedimiento, sino que emanan de su saber, de su correcto y amplio conocimiento de la máquina que tiene en sus manos. Por un lado selecciona la ignición, de manera que si los motores hubieran tenido un simple apagado de llama y no estuvieran dañados puedan reencenderse espontáneamente, por mucho que él esté bastante seguro de que no va a ser posible. Por otro, arranca el APU, un pequeño motor auxiliar que va en la cola del avión y proporciona corriente a toda la red eléctrica del mismo. Sully sabe que los mandos de vuelo de su A320 son eléctricos, y sabe que el fallo de los motores le va a llevar en pocos segundos a la pérdida de los generadores y de toda corriente eléctrica, por lo que su situación se va a ver agravada ante la imposibilidad de controlar y volar la aeronave. No está contemplado hasta muy adelante en el procedimiento el arranque del APU, pero Sully es consciente de que puede atajar un problema adicional sin necesidad de esperar. Lo sabe, tiene esos conocimientos, y tenerlos le ha ahorrado una carga adicional de trabajo que podría ser determinante en una situación en la que cada segundo cuenta.

Cualquier profesional, en el entorno que sea, puede beneficiar a su organización si tiene un alto nivel de conocimientos, ya sea por su formación, por su experiencia o por ambas. Es tremendamente llamativo el impacto que tiene la formación de las personas en el resultado de sus acciones. Saber puede prevenir un problema, resolverlo, minimizar sus consecuencias o abrir nuevos caminos y alternativas. Cierto es que la formación por sí sola no soluciona nada si no va acompañada de otras cualidades, pero su peso es muy importante. Y lo es más aún cuando englobamos en la formación como tal a todas esas cosas que la complementan, a todas las cosas que les estoy contando aquí, que al final, también son formación.

 


 

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