lunes, 21 de septiembre de 2020

BOXÉALE A TU VIDA

 

La mayoría de la gente piensa que el boxeo es una actividad esencialmente física apoyada en una buena técnica, y en parte es verdad. Boxear a cierto nivel exige una forma física excepcional, y una práctica continua. Pero poca gente sabe del boxeo como actividad táctica, como juego de ajedrez, como pugilato de mentes, como manos de póker envueltas en guantes.

 Lo cierto es que todo esto último es tanto o más importante que ser capaz de aguantar 12 asaltos o poseer una panoplia de golpes demoledores. Los campeones no lo son sólo por sus manos, sino también por tener la capacidad de llevar al oponente a su terreno, engañarle, apabullarle, tenderle una trampa o conducirle al tipo de pelea en el que son más fuertes, a la suya.

La vida, muchas veces, no es muy distinta, por eso creo que traer estrategias de ring al cuadrilátero de la existencia tiene algún sentido. Hoy quiero fijarme en tres movimientos, o en algún caso no movimientos, que son provechosos en el boxeo y pueden ayudarnos en el día a día.

1-    LA PAUSA

El rey de la pausa fue sin duda Mohammed Ali. Mohammed probaba, probaba…y si no funcionaba paraba y volvía a probar algo distinto. No le importaba que esas pausas las aprovechara el contrario para tratar de imponer su propuesta. Hubo otros como Rocky Marciano que fundamentaban su boxeo en precisamente lo contrario, la ausencia de pausa, pero es muy complicado boxear así, al igual que es muy complicado vivir así. Si no eres Rocky Marciano, te vas a agotar, y entonces vendrá la vida, ese oponente que no has sabido desentrañar, y te noqueará sin dificultad.

Muchas veces estamos boxeando con un problema…y por mucho que lo intentamos, no somos capaces de abrir su defensa, nos empeñamos en atacar esa guardia cerrada de la misma manera una y otra vez. Hay que parar…pararse y observar, dejar que nuestro saber, experiencia e imaginación nos ofrezcan un camino nuevo, permitir que no hacer nada no signifique estar inactivo, sino observando, ponderando lo que tenemos delante y tratando de comprender a qué nos enfrentamos y por dónde entrarle. Si tenemos paciencia, es más que probable que encontremos ese hueco que nuestro febril empeño por hacer algo nos estaba escondiendo. 



2-   EL PASO ATRÁS

Se me ocurren muchos… ver boxear a Tommy Hearns, Pernell Whitaker, Sugar Ray Leonard, Oscar de la Hoya o el mismo Mayweather, es una delicia. Todos son grandes peleadores, y todos ellos sabían o saben boxear hacia atrás. Ir hacia atrás en el curso de un combate no significa ceder terreno, sino hacerse sitio. Es más, cualquier entrenador de boxeo te dirá que a veces hay que retroceder para salir de un lío…y a ser posible hacerlo pegando, soltando un par de manos que cubran nuestra retirada para volver a empezar, para parar un aluvión y partir de cero otra vez.

¿Cuántas veces sentimos en nuestro día a día que nos están cayendo por todas partes, y en vez de salirnos anímica y mentalmente de ese aluvión, nos empeñamos en seguir dentro hasta acabar en la esquina, ya sin escapatoria?

Sal antes de que sea tarde, no tienes por qué ser pasivo, puedes defenderte con una pequeña combinación que pare el chaparrón, pero toma distancia, vete al centro, hazte espacio y prepárate para volver a enfrentarte a ello desde donde tienes sitio y margen. 


3-   EL PASO LATERAL

Todo el mundo recuerda a Mike Tyson por su extraordinaria pegada o por su energía arrolladora. Pero poca gente sabe que “Iron Mike” era un prodigio de técnica, y un absoluto maestro en el paso lateral. En el mundo boxístico anglosajón se explica la utilidad del paso lateral con la expresión “open angles”, abrir ángulos, iniciar nuevas maneras de entrar o de llegar, explorar caminos nuevos. El boxeador que lo domina sabe desplazarse muy cerca de su oponente y ponerse a su lado, en vez de enfrente, para que su mano encuentre el camino que se le negaba de manera directa.

 De igual forma, muchos de nuestros problemas requieren un enfoque distinto, verlos desde otro sitio, mirarlos desde una perspectiva diferente, entrarlos lateralmente, rodearlos para ser conquistados.


 

 Así que ya sabes, boxea con la vida, pero recuerda que no todo es  pegar… ni defenderse. Parar, ir hacia atrás o hacia un lado, son formas de tener iniciativa.

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