Lo más asombroso de la gilipollez es su capacidad de reinventarse. Dice la ciencia que la Máquina de Movimiento Perpetuo es un imposible, y eso debe ser cierto únicamente a los puros efectos físicos, porque ciertas actitudes, formas de pensar y motivaciones funcionan como una especie de milagro perenne que se supera en el tiempo, se alimenta a sí mismo y ofrece cada vez una mayor velocidad en el acelerador de partículas absurdas.
La gilipollez es un ejemplo: no ha terminado de parir cuando vuelve a entrar en autogénesis y produce una mentecatez mayor que la anterior. Lo peculiar de la gilipollez está en que no se rige por leyes cuánticas, físicas o supercuerdas sino por el infatigable empeño de determinados seres humanos en ser cada vez más gilipollas. Empeño, todo hay que decirlo, que suele tener un éxito extraordinario.
La cosa no pasaría de fenómeno digno de estudio si no fuese porque algunos gilipollas legislan. Lo último ha sido la prohibición de fumar en los alrededores de los colegios con objeto de “no dar mal ejemplo” a los estudiantes.
Yo me pregunto si el majadero que ha alumbrado esta ocurrencia considera “buen ejemplo” para estos mismos chavalotes y chavalotas decir que “el movimiento okupa es una forma de vida” (Antonia Trujillo, Ministra de ¡Vivienda!). O si cree que son tremendamente edificantes todas estas Guías de Educación Sexual que se reparten por los colegios y quedan a disposición de quien quiera aprender a masturbarse. Como si la Humanidad hubiese necesitado de instrucción metodológica para hacer ciertas cosas que son tan viejas como la gilipollez de quien legisla sobre ellas.
Claro que para eso ya hay “Talleres”, “Talleres de Masturbación”, en los que apuesto que está prohibido fumar. Por cierto, nunca he entendido eso de los “talleres”, siempre he pensado que eran lugares en los que se reparaban coches, relojes u ordenadores, pero ahora no hay lugar en el que se enseñe algo que no sea taller. Tengo para mí que un seminario o curso es lo mismo, pero en fascista.
Seguramente, el gilipollas de la tapia del colegio está muy satisfecho con su bobada, y apuesto a que acompañaría gustoso a una adolescente a una clínica ¿o taller? abortista para que la proporcionaran una “interrupción del embarazo” sin el consentimiento de sus padres. Cabe, además que por el camino el idiota le hable de su tesina sobre “La Vehiculización de la Revolución Como Instrumento Troncal en la Creación de Comunidades Igualitarias en América Latina”.
Es más que posible que el necio que nos ocupa considere que las promociones de curso sin necesidad de aprobar son todo un modelo para esos estudiantes a los que desea preservar de la perniciosa visión de un adulto fumando. Seguro que sí. Y por supuesto estoy convencido de que este gilipollas además comparte las teorías de nuevo cuño (ya en el BOE) que nos han traído un patrón de educación y formación que patea al esfuerzo, la disciplina y la excelencia, todas ellas antiguallas de un pasado ominoso en el que la gente fumaba un huevo.
Estos estandartes de la gilipollez militante, versión acción directa, son los mismos que, con enfermiza determinación, andan construyendo un modelo social en el que los jóvenes no son responsables de nada, ni sufren las consecuencias de sus actos. Jóvenes con acceso a píldoras del día después, jóvenes sin suspensos, con abortos escamoteables, carne de botellón…jóvenes a los que se les niega el camino a la madurez metiéndoles en unos falsarios Mundos de Yupi, etiquetados como “espacios libres de humo”, de la mano de una panda de individuos que desconocen el alcance de su propia gilipollez hasta el punto de ignorar el daño que hace.
Bravo
ResponderEliminarSeñor Molina, le felicito por sus muy aceradas reflexiones. Permítame que me presente. Me llamo Antonio Gallego Raus. Hasta hace unos meses tenía mi propio blog, que al fin cerré por falta de tiempo y estímulo para atenderlo debidamente. No obstante, colaboro como coautor en un blog que,me atrevo a suponer, sería de su agrado: Deseducativos. (Dirección: http://deseducativos.com/). En él escribimos, como autores o como comentaristas, un grupo de maestros y profesores (aunque yo soy psicólogo) descontentos (¡cabreados!) con el sistema de enseñanza logsiano, cuyas barbaridades no parecen tener cuento. Pues bien, sus reflexiones en materia de enseñanza y política, señor Óscar, serían muy de agradecer, bien como comentarista, bien (todavía mejor) como coautor del blog en cuestión. Pretendemos sumar fuerzas opositoras a este sistema de gilipollez supina que amenaza con llevarnos al ocaso y la más irremediables de las decadencias.
ResponderEliminarFelicidades de nuevo y gracias.
Sr. Raus, tiene Vd. la abslouta libertad para pegar todos mis escritos en su Blog.
ResponderEliminarEn materia de eduación y decadencia social, déjeme que le recomiende éste, que queda a su disposición:
http://elextrados.blogspot.com/2010/01/el-juguete-jubilado.html
Un saludo.
Oscar Molina.
Pues muchas gracias por todo, estimado amigo.
ResponderEliminarSaludos.
Antonio Gallego.
A mí me parece excesivo que sea una prohibición lo de fumar en los alrededores de los colegios (sí veo bien prohibir en el coche y en el hogar). Con esa moderación en el tono llegaría mejor el mensaje. Debería ser una recomendación porque todos sabemos de asuntos que merecen en mayor medida el ser prohibidos. Además, el implantar una restricción discutible hace aflorar un movimiento de oposición.
ResponderEliminarDe todas formas no debemos minusvalorar los esfuerzos en torno a proteger del tabaco a los "vírgenes" porque se trata de una droga empapada de la típica hipocresía gubernamental. El único cigarrillo realmente voluntario es el primero.
los padres no pueden fumar en la puerta del cole porque dan mal ejemplo a sus hijos, en cambio en casa pueden hartarse ¿no?
ResponderEliminaruna pequeña aclaración, lo de pasar o no de curso con asignaturas suspensas ¿depende de cada comunidad autónoma? el partido que hoy está en la oposición fue el que creó la ley para pasar de curso con asignaturas suspensas, si bien el actual ha modificado eso un poco ¿estoy en lo cierto?
Pues sí, vivimos en un país lleno de ejemplos "válidos" para las generaciones venideras. Aquí el más gilipollas hace un reloj de cuco (bueno, en realidad no lo hace, pero hace a los otros que lo crean, lo cual dice muy poco a favor del resto). Los que tenéis hijos debéis lidiar con el miedo a que se conviertan en unos inútiles incapaces de aprobar la ESO y que acaben ataviados con pañuelos palestinos reivindicando no se sabe qué en una plaza mientras hacen botellón. Eso sí, van a ser felices del carajo en la sacrosanta inconsciencia que tanto se predica hoy día y hasta es posible que lleguen a ganarse muy bien la vida, ganando incluso más que vosotros, porque ya les habrán enseñado en algún taller a tocarse bien los huevos, que es lo que parece que en este país da resultado en definitiva.
ResponderEliminarSobre el asunto del tabaco, perdónenme, pero servidora tiene sus dudas. Hace poco escuché en uno de los pocos -muy pocos en realidad- programas de TV que veo, que en política y, sobre todo en épocas de crisis, los vicios jamás se prohíben, sino que se rentabilizan y me temo que el gobierno no puede peremitirse el lujo de renunciar a los pingües beneficios que recauda a través de los impuestos con los que se grava el tabaco y otras drogas legales.
Estimado Oscar, fantástico post. Sólo dos puntualizaciones:
ResponderEliminar1.- Lástima que la gilipollez trascienda el poder legislativo, y sea el pan nuestro de cada día también en sus otros dos hermanos, el ejecutivo y el judicial (si en realidad son uno solo!!!). Lo que pasa es que en el cambio de poder anda mutando, unas veces con genes de corrupción, otras con los de la ineptitud y el voluntarismo. Un lujo, vamos.
2.- Los talleres son eventos formativos en los que además de impartirse una determinada materia, el asistente se lleva como resultado "algo" que ha construido en la sesión. Un plan comercial, un documento estratégico para emplear en su empresa, un gráfico sobre los procesos de su negocio, un ...en fin, algo. Los talleres tienen un "output" que se lleva el asistente, que en teoría debería ser de utilidad para él. Por eso se llaman así, porque se "construye" algo en ellos. Podría decirse que taller se refiere más a "reparar" algo que a "construir", pero bueno, eso es otra cuestión.
Enhorabuena por el Blog.
Un saludo!