viernes, 11 de diciembre de 2009

Soy de Derechas

Hace veinte años, un sistema político, ideológico y económico quedaba enterrado bajo los cascotes del mismo muro que tuvo que edificar para garantizar su existencia. Posiblemente la mayor estafa de la Historia, el socialismo, recibía con estrépito el aluvión de pedradas físicas y morales de un montón de seres humanos que desmentían de una sola vez que el Paraíso pudiese edificarse a partir del Materialismo Histórico.

Dos decenios después, algunas cosas siguen vivas. La facilidad de la izquierda para reinventarse ha sido pasmosa, y la capacidad de sus profesionales de la Política para montarse en extraños trenes que les permitan seguir viviendo de ella, propia de supervivientes. La lucha de clases, la dictadura del proletariado, y los planes quinquenales ya no valen como arengas de barricada, otros mantras toman el relevo. Pero a fin de cuentas, la supremacía del Estado sobre el individuo, la reducción de la persona a miembro de una colectividad, el afán de igualarnos en lo moral e ideológico, la obsesión por la uniformización, la querencia por educar al ciudadano desde las instancias públicas, la cosificación de la persona…siguen de pie.

Yo no creo en nada de eso, sino en todo lo contrario. Por eso soy de derechas.

Yo soy de derechas, pero no sólo porque no creo en ninguno de los ladrillos de aquel muro, sino porque además me adhiero con entusiasmo a los que erigen el edificio de la sociedad abierta.

Yo creo en la Libertad y sobre todo, creo en las personas.

Creo que las personas son los únicos titulares de derechos. No creo que existan los derechos de la nación, de la patria, de la colectividad, ni de ninguna clase social. Yo creo en los derechos de las personas, que no pueden ni deben decaer ante entelequias que unas veces son mitos, y otras forzadas obras de ingeniería social. Por eso soy de derechas.

Creo en la Libertad, no en la Igualdad. La Igualdad no existe, es extraña al Mundo en el que vivimos a todos los niveles, desde el atómico al animal pasando por el celular. Creo en la capacidad del ser humano para mejorar su posición, para buscar su propio camino, explorarlo, recorrerlo, llegar a la meta y hacer de la vida una experiencia apasionante. No creo que el Estado pueda proporcionar todo lo que sólo se puede llegar a apreciar cuando se ha conseguido desde el ejercicio del albedrío y la superación personal. Por eso soy de derechas.

Creo en el mérito, no en las ficciones. Lo que no existe no puede fabricarse con sólo mencionarlo, ni ninguna Ley podrá jamás crear raseros imposibles. Las cosas no aparecen con sólo nombrarlas, y la palabra “aprobado” significa lo que significa. Que califiquemos a alguien de “apto” jamás le convertirá en ello si no lo es. Yo creo que las palabras designan conceptos, no que los conceptos puedan retorcerse para encajarse en las palabras. Por eso soy de derechas.

Quiero reír, pero sé que alguna vez me tocará llorar. No quiero que ningún ente sea el encargado de proporcionarme momentos de risa que jamás tendrán la gracia de las fiestas que yo organice; ni deseo que nadie esté pendiente de que no me caiga y evitar mi llanto. Quiero hacerme feliz, y jugarme no llegar a serlo, poner mi vida en el envite, y ganar o perder; ejercer mi Libertad asumiendo las consecuencias de equivocarme. Quiero ser adulto. Por eso soy de derechas.

No creo que haya altar en el que pueda sacrificarse al hombre, ni su condición de ser único, original e irrepetible. No hay una sola vida inútil, ni es ético subordinarla, inmolarla, ni tirarla por la ventana a cambio de su inclusión en una maquinaria que pretendidamente persigue el bien común. Para mí los seres humanos no son tuercas, son máquinas en sí mismos. Por eso soy de derechas.

Yo no creo que nadie pueda arrogarse el derecho de decidir en qué principios han de educarse mis hijos. Creo que soy yo quien tiene la responsabilidad de procurar que tengan una moral y quien les muestre que efectivamente, existen muchas formas de ver las cosas. Pero sin prejuicios, etiquetas ni maniqueísmo, porque si tolero que se eduque a mis hijos, sé que mañana será inevitable que quien les educó le diga cómo han de pensar. Por eso soy de derechas.

Yo no creo en la Política, yo creo en la sociedad, y por eso soy de derechas. No me parece que los que administran el dinero que gano trabajando puedan decidir con esa soltura sobre mi hacienda, mi salud y mi existencia. No tolero que me impongan estilos de vida, que me obliguen a aceptar que ellos saben lo que es bueno para mí, ni que estén en una posición de superioridad. Ellos son mis servidores, eligieron esa profesión como yo elegí la mía. Yo les pago, y su único trabajo es poner las condiciones para que yo, en el ejercicio de mi libertad, tenga la oportunidad de buscar mi propia felicidad.

Porque yo no creo que el Estado deba controlar a las personas, yo creo que las personas deben controlar al Estado. Por eso soy de derechas.

Por todas estas cosas, y tantas otras, cayó aquel muro. Unos tratan de taparlo, otros no quieren recordarlo.

5 comentarios:

  1. Tu no eres ni de derechas ni de izquierdas, ya has superado esa dicotomia.
    Vamos camino de hacer cumbre en la montaña de la consciencia.
    La identificación es partidaria, el librepensador no.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. He conocido este interesante blog despues de leer su extraordinario artículo "Vivís de mi dinero" en www.periodistadigital.com
    También coincido plenamente con lo expuesto en este post que en definitiva es un canto a LA LIBERTAD y contra el socialismo-marxista que nos invade apesar de la DESTRUCCION del Muro hace ya veinte años.

    ResponderEliminar
  3. Curiosamente yo soy de izquierdas por los mismos y exactos motivos querido Oscar... curioso no?
    En fin, que lo mejor es la anarquía y que los buenos sentimientos nos lleven donde hay que estar. Pero, qué pena, no siempre nos mueven los buenos sentimientos, a veces los sustituyen la codicia, la lujuria, la envidia, la ira... ¿te suenan?
    Me alegro de poder seguir compartiendo sentimientos con gente de derechas, ya creía que estaba todo perdido.
    Gracias again.

    ResponderEliminar
  4. Querida Teresa, muchas gracias por tus comentarios.

    De todas formas, y en mi opninión, creo que lo que me dices no puede ser.

    Si tú crees que el único titular de derechos, por encima de colectividad alguna, es la persona, no eres de izquierdas, eres de derechas.

    Si crees que el individuo ha de controlar al Estado, y no el Estado al individuo, no eres de izquierdas, eres de derechas.

    Si piensas que la libertad ha de prevalecer sobre la igualdad, eres de derechas, no de izquierdas.

    Si opinas que el Estado no tiene nada que decir respecto de la educación de tus hijos, eres de derechas, no de izquierdas.

    El ideario de la izquierda se basa en la consecución de la Igualdad. Dado que esa Igualdad no existe de manera natural, se dota de poderes un ente: el Estado, que ordena la vida de las personas y los mecanismos económicos y sociales. Ese Estado prevalece sobre las personas, pues como defiende los derechos (presuntos derechos) de algo superior a ellas (la colectividad) se coloca en una posición de supremacía. Los grados de intervención estatal pueden ser mayores o menores, por supuesto, pero vienen justificados por la ideología de la izquierda.

    La derecha cree en la libertad individual ("laissez faire, laissez passer"), y en la sociedad como mecanismo para la consecución de una comunidad más justa.

    Evidentemente, el esquema de la derecha tiene fallos, algunos muy gordos los estamos viendo ahora, la crisis que vivimos es, a mi modo de ver, fruto de ellos, y yo mismo me posiciono públicamente contra ellos.

    ResponderEliminar
  5. Yo creo en la igualdad de oportunidad en donde cada persona puede llegar donde sea capaz por sus méritos.
    El estado debe garantizar la posibilidad de cualquier persona para incorporarse al mundo laboral facilitando los cursos de formación que pagamos todos con nuestros impuestos al que no pueda costearlos garantizando el óptimo aprovechamiento según pruebas de de selección,disponibilidad y perfil del candidato por eso defiendo una educación pública que puede coexistir con la formación privada.
    El estado debe evitar en lo posible situaciones de hambruna y evitar la desatención a las personas con menos recursos por ello se hace necesario un mínimo de prestaciones sociales que financiaremos entre todos para eso somos personas y vivimos en una sociedad no somos individuos aislados,somos individuos que interaccionamos.
    Está claro que la misión de los sindicatos debe defender al trabajador y evitar que cometan situaciones irregulares o de esclavitud con el,la reforma laboral es un claro ejemplo de ello,cuando hay despidos injustos o gente que sufre las represalias por defender su puesto debe ser el propio sindicato quien actúe en nombre de un colectivo o colectivos
    Resumiendo un estado de bienestar mínimo con posibilidades de progresar según las metas que sea capaz de alcanzar cada uno,junto con un espíritu solidario para ayudar dentro de lo posible a los más desfavorecidos y que tengan oportunidad de conseguir un futuro digno.Evitar toda forma de esclavitud y explotación laboral

    ResponderEliminar